Técnica PIPAC de quimioterapia sin efectos secundarios

La técnica del PIPAC, del inglés Pressurized Intraperitoneal Aerosol Chemotherapy, es un procedimiento de quimioterapia que se aplica en forma de aerosol dentro de la cavidad abdominal. Consiste en realizar dos pequeñas incisiones (cortes) en la pared del abdomen para introducir mediante el laparoscopio un nebulizador, y así aerosolizar un medicamento de quimioterapia en forma de “spray” directamente sobre la zona afectada por nodulillos de tumor, conocidos con el nombre de carcinomatosis peritoneal

La carcinomatosis peritoneal es una forma de diseminación de un tumor (origen digestivo, ginecológico o propio peritoneo) y se expande por toda la región abdominal. Se diagnostica por la presencia de nodulillos tumorales en la membrana interna de abdomen, llamado peritoneo. 

Muchos han considerado la carcinomatosis como una fase terminal del cáncer, sin embargo, desde hace una década que se le considera como una enfermedad localizada solamente a la cavidad abdominal.

La PIPAC está indicada en casos donde los pacientes no responden de manera efectiva a la quimioterapia intravenosa convencional y que no llegan a cumplir los criterios para someterse a una cirugía de vaciamiento grande y citorreductor. Estos pacientes entonces son candidatos para beneficiarse de la PIPAC.

Esta nueva técnica presenta un beneficio muy grande puesto que se la administra de manera homogénea y localizada sobre toda la zona afectada de la carcinomatosis, minimizado los efectos adversos de los tratamientos intravenosos sistémicos. Recientes resultados clínicos demuestran que es un procedimiento de la alta eficiencia gracias al control de los efectos adversos.

Estos estudios y los resultados clínicos obtenidos recientemente afirman que esta técnica se ha convertido en un tratamiento de alta eficacia porque se ha demostrado que incrementa la calidad de vida mediante el control de los síntomas de la enfermedad en estado avanzado.

El procedimiento PIPAC se realiza a través de un laparoscopio, que es un conducto largo, conectado a un sistema de iluminación introducido a través de una incisión abdominal. Este laparoscopio estará conectado a una cámara de video que permite visualizar el interior y a un monitor que procesa las imágenes y los gestos quirúrgicos necesarios (absorción de derrames, realización de biopsia, resección de nódulos).

La realización de una laparoscopia no suele requerir una preparación especial, salvo permanecer en ayunas unas 8 horas antes de la intervención. En general la laparoscopia se la realiza con relajación del paciente bajo anestesia general.

Una vez introducido el laparoscopio en el abdomen se insufla una pequeña cantidad de aire, esto para distender el abdomen y ver o poder trabajar con mayor libertad en la cavidad abdominal, pudiendo moverse el laparoscopio en el interior para visualizar los órganos abdominales. En el caso de que se realice una PIPAC será necesario realizar una otra incisión en la pared abdominal para introducir por ellas nebulizador.

Una vez finalizada la laparoscopia se suturan las incisiones, lugares por donde se introdujo el laparoscopio.

La PIPAC laparoscópica es una técnica muy segura, si bien, como toda intervención quirúrgica tiene riesgos que deben conocerse: infección de la herida quirúrgica, o de la zona sutura interna; la hemorragia y/o una mala cicatrización de la herida. Otras complicaciones muy poco frecuentes son la lesión desaparecida de alguno de los órganos internos (vejiga, uréter, riñón, intestino o hígado), que se manifiestan por hemorragia, alteraciones en el funcionamiento y en cuyo caso puede requerirse una segunda intervención.

Finalizada la PIPAC, sólo se requieren unas horas de vigilancia tras su realización ambulatoria. Se recomienda reposo, dieta ligera y evitar esfuerzos. Tras la realización de la PIPAC laparoscópica es frecuente un poco de dolor o molestias en la zona de la incisión (hasta la eliminación del gas insuflado). Se debe de vigilar la aparición de dolor abdominal, hinchazón y endurecimiento del abdomen, fiebre o síntomas intestinales o urinarios.